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Hermanos Franciscanos de Canaán

Somos un pequeño rebaño

Como somos un rebaño pequeño y no estamos muy al frente como nuestras hermanas, no somos tan conocidos.

Cada uno de los hermanos podría compartir personalmente su historia de cómo descubrió el amor de Dios a través de Jesucristo, y cómo el anhelo de su corazón se hizo cada vez más fuerte: quiero amar a Jesús por encima de todo, porque Él me ha amado tanto.

En nuestras fundadoras, la Madre Basilea y la Madre Martyria, así como en las Hermanas, pudimos ver una alegría tan radiante, que ningún ser humano por sí mismo puede producir. ¿Sería esto posible también para nosotros los hombres?.
¿Por qué sólo hay Hermanas de María? ¿Por qué no hay Hermanos de María? Esta cuestión se resolvió en 1967. En ese momento las dos Madres de la Hermandad Evangélica de María aceptaron a algunos hombres en la comunidad
bajo el nombre de Hermanos Franciscanos de Canaán.

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¡Francisco de Asís!

¡Francisco! ¡Qué fascinación emana de este sencillo hombre de Asís! No solo para el mundo cristiano, sino para el mundo entero. Pero no podemos separar a Francisco de Dios. Francisco y Jesús son inseparables.

Muchos años antes de la fundación de nuestra fraternidad, la vida y el ejemplo de San Francisco tuvieron un profundo significado para la Madre Basilea, bendiciéndola ricamente. En el prefacio de su librito “El mundo de San Francisco”, comparte lo siguiente :

En su personalidad, su carácter y su vida descubrí el mensaje del Evangelio: «Si no os hacéis como niños… Te doy gracias, oh Padre, porque has ocultado estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a los pequeños, a los débiles y a los ignorantes…».

El cautivador corazón infantil y la humildad de Francisco de Asís, que se convirtió en la fuente de todo poder y autoridad en su ministerio por Jesús, me tocó el corazón. El amor ardiente a Jesús que nace del arrepentimiento, la estrecha comunión del corazón con Jesús, que es la fuente de toda alegría. Todo esto lo pude ver en la vida de San Francisco. Esto fortaleció en mí el deseo de amar más a Jesús. A partir de los resultados de la vida y el discipulado de San Francisco, me di cuenta de que sólo un amor ardiente por Jesús trae la solución a los problemas y dificultades en la Iglesia y en el mundo, como se demostró en cierto sentido en su tiempo.”

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Descubrir la vocación

Como hermanos franciscanos de Canaán, estamos llamados a vivir según los preceptos básicos de Canaán, el más importante de los cuales es: «Arrepentíos, el reino de los cielos está cerca». Así, a través de nuestra vida en común, algo del Reino de los Cielos, del Reino de Dios, brillará entre nosotros y así el Dios Trino será glorificado. Y para ello, la práctica de nuestra vida cotidiana es el mejor campo de entrenamiento. Cada hermano por sí mismo busca una conexión cada vez mayor con Dios, pero también participa en los tiempos comunes de oración y adoración. La oración diaria de las tres de la tarde en recuerdo del sufrimiento, la muerte y la resurrección de Jesús es una ayuda para mantenerse conectado a Él. Y junto con las hermanas y los invitados, apreciamos los servicios dominicales en Canaan con la Santa Comunión.

Así Dios nos llamó a tener nuestra propia comunidad de vida espiritual dentro del alero de la Hermandad Evangélica de María. Desde entonces vivimos y trabajamos también en Canaan, nuestro lugar de vida y trabajo.

Hoy contamos con siete hermanos de Alemania, Gran Bretaña, Canadá y EE.UU.

¿Qué hacen los hermanos?

Cuando vinieron los primeros hermanos, Canaán estaba prácticamente listo. Desde los primeros años, los hermanos también desempeñaron algunas tareas en los retiros y en el ministerio de viajes y el atender a los huéspedes masculinos. A lo largo de los años, con nuestros dones ayudamos a las hermanas en el campo tecnológico, jardín, entre otras cosas. En este proceso, nuestra propia vida espiritual crece en secreto. Queremos reconocer la guía del Espíritu Santo y seguirla de todo corazón.

 

El primer amor en la vida cotidiana

Aunque nuestra vida no corresponda a las ideas de nuestro tiempo en muchos aspectos, y no tengamos mucho que mostrar según los criterios terrenales, seguimos anhelando ser canales cada vez más útiles para el Señor. Queremos recorrer el camino del primer amor a Jesús – y así experimentar lo que significa pertenecer como hombre a la esposa de Jesucristo, en un amor completamente exclusivo. Haciendo clic AQUÍ podrás ver el testimonio del hermano Pietro, quien experimentó el primer amor por Jesús.

En la presencia de Dios

Por eso, hoy queremos vivir en la presencia de Dios y depender completamente de nuestro Padre celestial, para poder dar testimonio: Él vive, nos creó y también nos perfeccionará – hasta la meta que ya tiene en su corazón para cada uno de nosotros y para todos los muchos que le aman desde la fundación del mundo.

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